jueves, 30 de enero de 2014

LOS BODEGONES DE FLORES DE GEOFFREY WYNNE




Geoffrey Winne es un acuarelista  inglés afincado desde hace años en Andalucía, donde  imparte talleres  y cuenta con muchos premios y seguidores. Me parece interesante por la gran calidad de su trabajo y su gusto por el color, que le diferencia de manera muy característica en relación con otras tendencias de la acuarela actual.
Su muy interesante blog, que cuenta con tutorials paso a paso,  es:

En el libro Le Grand Livre de l’Aquarelle/The Complete Book of Watercolor de Janine Gallizia, Geoffrey Winne habla, entre otras cosas, de sus bodegones de flores. Comparándola con la pintura de paisaje del natural, nos dice que el bodegón es para él como crear un paisaje según el estado de ánimo en que se encuentra en cada momento.
Sus bodegones de flores suelen contener jarrones y otros objetos de porcelana, loza y cristal, con una composición muy estudiada.
Los distintos objetos presentan con frecuencia tres tamaños:  grande, mediano y pequeño.

Le gusta ofrecer tres niveles de lectura en las flores: las flores al natural, vistas a través del vidrio y vistas a través del agua.
La distribución del color también es importante, de manera que algunos de los colores de las flores pueden encontrarse en la base del  florero, lo que hace que el ojo se mueva por la composición.
Aunque muchas de estas obras son una explosión de color, una fiesta para la vista, según Wynne, la luz y los valores son más importantes que el color en la acuarela.
Con ayuda de la iluminación mediante focos puede llevar la luz allí donde quiere atraer la mirada del espectador y poner allí los contrastes más fuertes. A medida que los objetos se alejan de la luz, disminuye el contraste y los contornos se difuminan.
Antes de comenzar, hace un pequeño boceto a lápiz con tres valores: claro, medio y oscuro.
Wynne nos cuenta cómo obtiene sus contornos difuminados en estas pinturas florales, mediante una técnica que él mismo califica de “tremendamente arriesgada”.
Comienza pintando las formas, los colores locales y los valores mediante toque enérgicos de pincel, mojado sobre seco, dejando que los colores se mezclen sobre el papel.
Cuando la pintura está seca, sumerge el papel en un baño de agua fría durante unos segundos y después lo coloca en horizontal sobre el tablero.
Con antelación ha preparado en la paleta una buena cantidad de tres mezclas distintas de Gris Payne: oscuro, medio y claro.
En el momento exacto, no sabría decir cuando, ya que es tanto instintivo como fruto de la experiencia de muchos años de práctica, pinta con un pincel de Petit gris el gris más oscuro, junto a la zona más iluminada de la composición. Esta pintura se expande sobre el papel mojado, pero como es muy oscura y densa, no se corre.

Después coloca el segundo tono de gris en zonas alejadas del punto focal y el tercero en otros lugares.
Un pequeño movimiento del tablero le permite distribuir el gris por la pintura y el resto es cosa de suerte.
Es un procedimiento duro para los nervios, puesto que pueden arruinarse muchas horas de preparación, pero si seca bien, la pintura tendrá sus contornos difuminados.
Esta técnica solo puede realizarse con papel del alto gramaje.
Una vez que el papel está completamente seco, comienza a definir las zonas, las formas que se alejan de la fuente de luz principal le sugieren las formas más imprecisas y  los tonos más apagados, que deja como una simple silueta o una mera sugerencia. Después pasa a trabajar las zonas más recortadas, pintándolas  con más color y mayor contraste.
Algunas de las partes que han de quedar en blanco las reserva con líquido enmascarador, como las luces de las flores. Si es necesario, emplea gouache puro o teñido con acuarela para esas luces.
El pequeño estudio de tonos le proporciona la estructura básica mantenida a lo largo de toda la pintura, pero esta técnica de riego y de suerte siempre le sorprende, obligándole a adaptarse a los accidentes que se producen. Es un poco como un juego de contornos recortados y difuminados, hasta que se encuentra el equilibrio entre unos y otros.


sábado, 4 de enero de 2014

MILIND MULICK, UN FASCINANTE ACUARELISTA INDIO


Como regalo de Reyes, quiero hablar de Milind Mulick, un acuarelista indio que me parece enormemente recomendable, porque el contacto con su acuarela es siempre estimulante y refrescante.
Milind Mulik según nos cuenta en su página web (http://www.milindmulick.com/) es hijo de un conocido pintor e ilustrador indio y dibuja y pinta desde muy pequeño.
Según nos dice, en su formación han intervenido importantes acuarelistas, sobre todo anglosajones y muestra su admiración por pintores actuales como Castagnet o Zbukvik.
En la actualidad da cursos de acuarela, es autor de varios manuales  e imparte talleres monográficos en su país.
Ya en este blog publiqué hace tiempo una acuarela suya  (Ver La Composición en la Acuarela, 3, publicado el 9 de agosto de 2010) y ahora quiero volver a recordar a este pintor fascinante, por su sencillez y su conocimiento de la luz y del color, por la limpieza y fuerza impactante de sus acuarelas.

Vídeos en You Tube:

En la inauguración de una exposición suya en Estocolmo: