miércoles, 17 de marzo de 2010

SIGUIENDO CON LA EXPOSICIÓN DE MONET Y LA ABSTRACCIÓN


Gerard Richter: Lago Mark



Rothko: Rojo, negro y rojo



Monet: La casa entre las rosas





Monet: Amanecer en el Sena


Ampliando un poco el tema de esta exposición, resulta muy interesante, por un lado, porque cuenta con algunos cuadros memorables de Monet, y por otro, porque brinda la oportunidad de contemplar cuadros de pintores abstractos ya “clásicos”, procedentes de otros países, que no es fácil ver en Madrid.
Además, proporciona una panorámica interesantísima sobre las relaciones entre el arte figurativo y el arte abstracto. Así, podemos ver cómo Monet evoluciona dentro de su propio estilo hacia formas casi puramente abstractas y cómo los pintores abstractos se inspiran en sus formas figurativas para componer sus cuadros. Es como una especie de tierra de nadie, en la que los intercambios y las relaciones entre unos y otros son siempre fructíferas.


El folleto elaborado para la exposición comenta lo siguiente:
Monet y la abstracción propone contemplar de otro modo la obra del impresionista Claude Monet haciendo hincapié en su papel esencial en el desarrollo de la abstracción más pictoricista durante las primeras décadas de la segunda mitad del siglo XX. Monet supo transformar la observación de la naturaleza del impresionismo en una nueva experiencia plástica, y su manera de expresar su experiencia personal por medios meramente pictóricos le llevó a las puertas de la abstracción.Mientras que durante los años en que se impusieron los lenguajes rompedores de las vanguardias, basadas principalmente en el concepto de “construcción”, su obra quedó sumida en el más absoluto olvido, a partir de los años cincuenta se produjo un verdadero revival de Monet. Los jóvenes artistas del triunfante expresionismo abstracto norteamericano y los seguidores de los informalismos le encumbraron como el nuevo padre de la modernidad.El recorrido de la exposición se articula en las dos sedes, en varios apartados temáticos en los que se propone un cruce de miradas entre las pinturas de Monet y las de sus sucesores abstractos para mostrar los posibles paralelismos y coincidencias que enriquezcan la experiencia del espectador. El propósito de este enfoque transversal permitirá no sólo descubrir algo más sobre Monet a través de los pintores abstractos, sino también algo más sobre la abstracción a través de Monet.