viernes, 3 de abril de 2015

PABLO RUBÉN LÓPEZ EN EL NÚMERO DE ABRIL DE LA REVISTA WATERCOLOUR ARTIST





Parece ser que últimamente nuestros acuarelistas reciben una especial atención de las publicaciones internacionales sobre acuarela.
En el número de abril de la prestigiosa revista americana Watercolour Artist hay un reportaje dedicado a Pablo Rubén López Sanz, titulado “Pintando la Ciudad”, donde habla de sus temas urbanos de gran formato. Me parecen interesantes sus declaraciones, por lo que transcribo una gran parte a continuación.
Señala que la mejor forma de conocer el tema es de primera mano, por lo que a lo largo del año viaja a menudo y cuando consigue una idea hace apuntes, fotografías, estudiando los diferentes puntos de vista y de luz, para poder tener un buen material de trabajo en el estudio. Sus ciudades favoritas para pintar son Roma, San Francisco y Nueva York.
Para él lo más importante es captar la atmósfera real del lugar, no una ilustración, por eso no es colorista, sino que emplea sólo dos colores dominantes y algunos toques de sus complementarios en cada cuadro. Nunca usa los tres primarios a la vez. En el punto focal emplea una versión más luminosa de un color ya presente en otra parte del cuadro para atraer la atención. Para él es importante que una acuarela tenga uniformidad: unidad en la diversidad, esa es la clave.
La dificultad radica en pintar una acuarela de grises con variaciones en la temperatura del color y no una acuarela en blanco y negro. Para mantener una variedad tonal, incorpora tonos oscuros, medios y claros, pero no en la misma proporción, para evitar la monotonía. Asimismo, los grises tienen que armonizar con los demás colores de la obra, incluidos el azul del cielo y los verdes de la vegetación.
La composición es vital, porque es donde se consigue el primer impacto: si la composición no es buena, el resto no tiene interés. Una buena composición busca el equilibrio entre espacios llenos y vacíos. Normalmente pone muchos detalles y pinceladas en el punto focal y evita trabajar demasiado en las zonas donde quiere menos atención, en las cuales introduce líneas direccionales que dirigen la mirada al punto focal.
Dado que sus temas incluyen edificios, calles, coches y demás, necesitan un buen dibujo previo. Algunas zonas como la vegetación tienen mayor frescura si se trabajan de una vez. Otras, necesitan varias aguadas para precisar sus formas y fijar contornos difusos o marcados.
No es partidario de emplear líquido enmascarador, porque deja unos bordes muy duros. Prefiere utilizar gouache blanco cuando necesita incorporar luces al final.
Emplea espátulas o raspadores para crear texturas o dibujar líneas quebradas. A veces se 
fabrica sus propias acuarelas con pigmentos, goma arábiga y glicerina.



Para conocer mejor su obra:

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