En el número 17 de la revista l’Art de l’Aquarelle se publicó una
interesante entrevista con Thomas Schaller, un arquitecto convertido en
excelente acuarelista, autor de varios libros y profesor en innumerables talleres,
tanto en América como en Europa.
Llegó a la acuarela a través del dibujo de arquitectura y le
interesa especialmente el paisaje urbano, que interpreta de una forma muy
peculiar.
Me ha parecido que dice muchas cosas interesantes, útiles
para todos.
Algunas de sus declaraciones
son:

“Dentro de una misma
pintura, suelo utilizar muy a menudo todas las técnicas que me ofrece la
acuarela, desde la transparencia del húmedo sobre húmedo hasta la opacidad del
seco sobre seco.”
“Cuando me he familiarizado con las posibilidades de diseño
que ofrece la acuarela, es decir, concentrándome
más en las formas y los tonos que en la línea, los contornos se han convertido casi en una obsesión. Una línea dura va
a atraer directamente la mirada del espectador. Una de las grandes ventajas de
la acuarela es su capacidad para crear maravillosamente las transiciones entre
una parte muy densa y elaborada y otras
difusas y sugeridas. Para un acuarelista, uno de los grandes placeres consiste en jugar con esta característica de
la acuarela: dirigir la mirada del
espectador hacia donde quieres que vaya
y hacerle sobrevolar los lugares en que no quiere que se detenga. Para
mí, en la gran coreografía sutil que
es una acuarela, no hay nada más mágico que esta alternancia de contornos que aparecen y desaparecen al ritmo de la
danza que quieres imprimir sobre la
retina del espectador mientras él intenta descifrar los misterios de la pintura
que se ofrece a sus ojos”.

No emplea líquido enmascarador: “Siempre intento terminar
mis pinturas de una tacada, trabajándolas en húmedo y semi-húmedo. Emplear el
líquido enmascarador significa a menudo
tener que recurrir a capas múltiples de lavados, lo que a su vez implica un
tiempo de secado entre cada lavado. Actualmente me gusta el desafío de una
pintura rápida reservando los blancos”.
“Como todos los que pintan en acuarela saben bien, yo diría
que la acuarela posee una voluntad propia. Al principio, se intenta luchar
contra esta característica, mientras que con el tiempo se aprende a rendir las
armas y los resultados son generalmente mucho mejores. Sólo así puede operar la
magia, cuando se escucha a la pintura. Si sabéis escuchar atentamente será vuestra pintura la que os dirá dónde quiere ir y
dónde no quiere ir. Hay una gran cantidad de factores que influyen en una
acuarela en curso: el clima, la forma en que se comporta el papel, la cantidad
de café que tomaste por la mañana…nunca hay dos pintura idénticas.
Yo suelo comenzar con una idea bastante clara en la
cabeza de la historia que quiero
contar, pero muy a menudo, a medida que la sesión avanza, sobrevienen
cosas inesperadas, que ninguna preparación hubiera podido anticipar. Con el
tiempo, he aprendido a ver estos “accidentes” como cosas buenas, así que les
dejo que ocurran”.
SUS MATERIALES:
PAPEL: Emplea papel de 300 gr., de grano grueso, de las
marcas Saunders Waterford, Arches y Fabriano Artistico.
PINTURAS: Sus marcas preferidas son Holbein, Winsor &
Newton y Daniel Smith.
PALETA BÁSICA: ocre amarillo, rojo claro, tierra de Siena
tostada, naranja de cadmio, laca de granza, carmín de alizarina, turquesa de
cobalto, azul cobalto, azul ultramar, tinta neutra.
OTROS COLORES: amarillo de Nápoles, verditer bleu, lavande, violet mineral, rojo
de cadmio claro y amarillo de cadmio claro.
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